martes, 10 de febrero de 2015

El inicio del antes.

Llevo varios días planteándome cómo comenzar esta entrada. Al crear este blog todavía no sé muy bien a quién va dedicado: a futuros becados, a mi familia, a mí misma dentro de unos años. Ahora simplemente me apetece escribir y dejar constancia de todo lo que nos ha sucedido, que es insignificante comparado con lo que sucederá. Porque parece que no ha cambiado nada, pero para 75 adolescentes gallegos ha empezado algo muy grande.
Mi nombre es Paula Valiño y soy de Ourense. Hace ya más de un mes (¡increíble!) y en medio de lo que fue mi último campeonato representando a Galicia, me dieron la gran noticia que ha hecho que mi vida dé un giro inesperado: el curso que viene podré vivir y estudiar en Estados Unidos, gracias a una beca de las fundaciones Amancio Ortega y Barrié. Desde entonces han pasado tantas cosas que no podría reflejarlas todas en una entrada, y aunque fuese capaz no sabría expresarlas como es debido. Las felicitaciones, el "baño de realidad" del 17 de enero, los periplos por los hospitales en busca de vacunas, el interminable papeleo (que todavía no he cubierto del todo, la pobre Ana María se va haciendo una idea de lo desastre que soy), las entrevistas y las miles de dudas que cada día se multiplican tan rápido como mis ganas de partir. Los sentimientos se agolpan, empieza a surgir un atisbo de morriña que se supone que debería tardar meses en llegar y trato inconscientemente de disfrutar cada momento como un pequeño tesoro, porque sé que podrían tardar mucho tiempo en repetirse. Junto con el aprecio a los amigos de siempre comienza a aparecer un cariño muy especial por las voces todavía sin rostro del grupo de becados, esos chicos y chicas que también van a vivir esta aventura y que comparten mis miedos y expectativas. Poco a poco vamos conociéndonos, y la cosa pinta bien (cabe mencionar a Alejandra, cuyo nombre es tan único como ella y estoy deseando verla en persona). Y todo esto tiene lugar mientras el tiempo avanza lento, inexorable, llevándome sin que me dé cuenta hacia una nueva vida muy lejos de lo hasta ahora conocido... Una nueva vida en tierras americanas.
Así que aquí estoy, un día 10 de febrero, con tantas ilusiones por delante que temo desaprovechar el presente. Pero la vida son dos días, y el mundo es demasiado grande como para no asumir los riesgos de explorar todos sus rincones. Nuestra experiencia abarca un antes, un durante y un después. Y esto, amigos míos, es el inicio del antes.

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