lunes, 12 de octubre de 2015

Algo que empieza a parecerse a una rutina (Parte 1)

Cerca de un mes desde la última vez que actualicé esta página, la vida aquí está tan llena de novedades que es imposible hablar detalladamente ni de la mitad. Lo único que puedo decir es que con el tiempo que llevo aquí las cosas empiezan a parecerse cada vez más a una rutina, pero para afirmar esto debo darle a la palabra un sentido completamente diferente al que solía darle en España. No sé si sólo lo siento así debido al cambio o porque realmente es de esta forma, pero el día a día es como una "repetición" de las mismas acciones en las que constantemente aparece algo nuevo que probar o alguien que conocer. Ni aunque lo intentase conseguiría aburrirme, y es que muchas veces me descubro preguntándome cómo es que estoy lanzándole maíz a una diana o en qué momento de la media hora que hace que conozco a determinada persona me empezó a caer tan bien. Todo es muy distinto, desde los pequeños detalles hasta cosas más importantes: las clases, el espíritu escolar, las personas y su forma de ser, los horarios (porque nunca me había levantado a las 5 de la mañana tantas veces seguidas, y he aquí la causa de mi empanada hasta el desayuno de las 9), los deportes, la comida y todas las actividades que supongo serán rutinarias pero a mí me parecen increíbles. Intenté venirne sin expectativas de ningún tipo sobre el país o lo que sería la vida aquí, y por lo que he probado hasta ahora puedo afirmar que me encanta.
Por la familia sigo agradecida de la suerte que he tenido. Me siento muy, muy a gusto con ellos, estoy muy contenta y no cambiaría nada. El instituto es genial, y desde que entré en el ritmo de las clases y empecé a comprender como funciona todo no he tenido ningún problema. También he tenido mucha suerte con eso, porque aquí siempre hay alguien para ayudar y reponder pacientemente a las 900 preguntas que me surgen al día. Definitivamente la dinámica es más divertida que la española, no tengo queja con las asignaturas y los compañeros me caen muy bien. Aún así hay días en los que lo único que quiero es quedarme a solas o en los que tengo ganas de llorar sin motivo aparente, pero los escasos momentos de malestar no oscurecen los buenos. Creo que era necesario mencionarlo porque es verdad que pasa y que se pasa, sobre todo si lo hablas con amigos en general y exchange students en particular. Ellos son los que me mejor entienden esta sensación porque también la están experimentando.
Resumidos los trazos generales de la vida aquí, cómo se lleva y todo lo que va por dentro, no me apetece mezclarlo con lo que viene a continuación, que son los acontecimientos concretos y la parte más externa de la historia. Todo lo que se puede acompañar de fotos va en la entrada ligada a esta. Gracias de nuevo, porque muchos de los que leéis me preguntáis frecuentemente cómo me va y me animáis cuando lo necesito. ¡Un abrazo enorme!

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