viernes, 20 de febrero de 2015

¡Mucha suerte a todos!

Sé que estos días estáis de primeros exámenes los preseleccionados para las Becas Canadá y las Becas Estados Unidos a nivel estatal. A los afortunados, ¡enhorabuena! Habéis dado un gran paso ya, depende de vosotros continuar avanzando. Aunque para algunos ya sea un poco tarde, porque tengo entendido que las pruebas comenzaron ayer, quería daros una serie de recomendaciones a los que todavía esteis a tiempo de leerlas y os sirvan de algo. A mí me hubiese gustado recibir algo más de información antes de aquel día.
Para empezar, parece ser que los exámenes del año pasado y los de este han sido un poco diferentes. Para aprobar el que yo hice el pasado octubre no se necesitan grandes conocimientos de gramática en absoluto, ni siquiera fluidez en la expresión oral o escrita: simplemente fue una prueba de comprensión. La parte de listening estaba enfocada a comprobar si seríamos capaces de seguir una clase impartida completamente en inglés. Escuchamos varios pequeños diálogos, exposiciones, indicaciones de profesores y demás, todo situaciones que podrían darse en un aula (en mi opinión a un nivel bastante básico, para nada difícil de entender). Eso sí, debías mantener la concentración, porque no se hacían pausas ni se repetían los fragmentos. Además las voces tenían distintos acentos.
Una vez terminada la parte de escuchar (las respuestas las poníamos según las íbamos oyendo) nos dejaron un tiempo para resolver la parte de reading comprehension por nuestra cuenta. Esta consistía en tres o cuatro textos de una carilla sobre temas muy diversos (recuerdo uno sobre una pintora expresionista y otro sobre la motivación académica, que incluía un poema) de los cuales preguntaban aspectos sencillos, que se podían responder perfectamente aunque no se hubiesen comprendido un par de palabras (no fue mi caso). La mayor dificultad de este apartado la encontré en que las opciones de respuesta eran parecidas, y había que hilar fino para acertar con la completamente correcta. De todas formas repito, el nivel no era taaan elevado (no tanto como yo me esperaba, pero también es verdad que estaba aterrorizada).
También hubo un par de carillas de preguntas de vocabulario, pero nada del otro mundo. Algunas no me las sabía pero las deduje por contexto. Todas estas preguntas fueron tipo test con 3 o 4 opciones, dependiendo de la parte de la prueba en la que estuviéramos. Mi consejo para cualquiera que quiera sacar nota en este examen es que se olvide de las gramáticas del instituto y se ponga a ver la televisión en inglés, si la entiende sin subtítulos mucho mejor. También ayuda escuchar música fijándose bien en la letra. Para la parte escrita, buscarse algún libro o texto en inglés por Internet para mejorar la comprensión, pero sobre todo para coger velocidad y no perder tiempo (la prueba está preparada para 80-90 minutos, me parece recordar).
De todas formas, lo mejor que puedo recomendar es tranquilidad, confianza y seguridad en uno mismo, intentar no ponerse nerviosos y dormir bien la noche antes. ¡Confiad! Cuando algo está hecho para vosotros, está hecho para vosotros. Id a por todas, luchad por vuestro sueño y lo conseguiréis.
¡Mucho ánimo!

martes, 10 de febrero de 2015

El inicio del antes.

Llevo varios días planteándome cómo comenzar esta entrada. Al crear este blog todavía no sé muy bien a quién va dedicado: a futuros becados, a mi familia, a mí misma dentro de unos años. Ahora simplemente me apetece escribir y dejar constancia de todo lo que nos ha sucedido, que es insignificante comparado con lo que sucederá. Porque parece que no ha cambiado nada, pero para 75 adolescentes gallegos ha empezado algo muy grande.
Mi nombre es Paula Valiño y soy de Ourense. Hace ya más de un mes (¡increíble!) y en medio de lo que fue mi último campeonato representando a Galicia, me dieron la gran noticia que ha hecho que mi vida dé un giro inesperado: el curso que viene podré vivir y estudiar en Estados Unidos, gracias a una beca de las fundaciones Amancio Ortega y Barrié. Desde entonces han pasado tantas cosas que no podría reflejarlas todas en una entrada, y aunque fuese capaz no sabría expresarlas como es debido. Las felicitaciones, el "baño de realidad" del 17 de enero, los periplos por los hospitales en busca de vacunas, el interminable papeleo (que todavía no he cubierto del todo, la pobre Ana María se va haciendo una idea de lo desastre que soy), las entrevistas y las miles de dudas que cada día se multiplican tan rápido como mis ganas de partir. Los sentimientos se agolpan, empieza a surgir un atisbo de morriña que se supone que debería tardar meses en llegar y trato inconscientemente de disfrutar cada momento como un pequeño tesoro, porque sé que podrían tardar mucho tiempo en repetirse. Junto con el aprecio a los amigos de siempre comienza a aparecer un cariño muy especial por las voces todavía sin rostro del grupo de becados, esos chicos y chicas que también van a vivir esta aventura y que comparten mis miedos y expectativas. Poco a poco vamos conociéndonos, y la cosa pinta bien (cabe mencionar a Alejandra, cuyo nombre es tan único como ella y estoy deseando verla en persona). Y todo esto tiene lugar mientras el tiempo avanza lento, inexorable, llevándome sin que me dé cuenta hacia una nueva vida muy lejos de lo hasta ahora conocido... Una nueva vida en tierras americanas.
Así que aquí estoy, un día 10 de febrero, con tantas ilusiones por delante que temo desaprovechar el presente. Pero la vida son dos días, y el mundo es demasiado grande como para no asumir los riesgos de explorar todos sus rincones. Nuestra experiencia abarca un antes, un durante y un después. Y esto, amigos míos, es el inicio del antes.