domingo, 13 de septiembre de 2015

Primeros 11 días en América

Hoy escribo para contar como han ido mis 11 primeros completos días en Estados Unidos, o para intentarlo, porque debido a los cambios de hora es algo difícil determinarlo. Han sucedido muchísimas cosas en muy poco tiempo, y este último se ha pasado volando y muy lentamente a la vez. Intentaré resumir lo más interesante de forma rápida y contar un poco cómo he ido llevandolo todo.
El viaje fue agotador pero bastante entretenido. A Adri y a mí se nos retrasó el vuelo unas 3 horas, así que tuvimos tiempo de sobra para jugar a las cartas sentados en la misma mesa de embarque mientras todo el mundo pedía las hojas de reclamaciones, ver una peli (genial, por cierto), dormir y llevar cansados igualmente. Tras hora y media de espera en el control del JFK llegamos al hotel a las 2 de la mañana.
El día en New York fue muy bien y la gente muy simpática. Mi equipo era el violeta y se juntó con el rojo para la mayoría de actividades. Sin duda el mejor momento del día fue el viaje en barco por el río Hudson, ya que estaba anocheciendo y el sol se ponía por detrás de la Estatua de la Libertad. Además en ese momento nos pusieron música y acabamos bailando todos juntos en la cubierta. Fue genial y muy de película.









Al día siguiente cogimos los últimos aviones al destino y tuve la suerte de no viajar sola. Cuando llegamos estábamos muy nerviosos pero se me pasó enseguida porque mi host family me hizo sentir cómoda enseguida y tuve una buena tarde. Ese día pude por fin dormir en la que será mi cama durante 10 meses y me sentí bastante relajada, como si la ansiedad de la primera noche en Nueva York y los nervios hubiesen quedado muy lejos (al menos por el momento).
Los primeros días en casa fueron muy buenos. Nos habían advertido que podían no serlo, pero yo no me sentí triste ni extraña y pude disfrutar de un montón de cosas nuevas. También conocí otro pequeño trocito de este enorme país, porque antes de empezar el colegio aprovechamos para pasar el fin de semana en una cabaña en las montañas de New Mexico. Un sitio impresionantemente bonito en el que disfruté mucho descubriendo cosas totalmente americanas y enseñándoles a jugar a las cartas (sé que María está orgullosa de mí).





Enseguida me tocó empezar el colegio. No todo es de color se rosas y podría decir que ha sido lo que más me ha costado, y aún así estoy contentísima porque ha ido bastante bien. Hay que comprender que eres el nuevo en un instituto en el que todos tienen ya a sus costumbres y sus amigos, así que nadie necesita de tí para estar más a gusto o tener con quién sentarse a la hora de la comida. Eres tú el que tiene que hacer un esfuerzo por conocer gente e integrarte, e incorporarte a la vida rutinaria en un sitio totalmente diferente para tí. Además los exchange students tenemos la pega del idioma: como comprenderéis es algo más difícil lanzarte a darle conversación a un desconocido si estás convencido en un 95% de que no vas a entender la respuesta. Teniendo en cuenta todo esto mi semana fue bastante bien: he empezado a levantarme a las 5 de la mañana para salir a correr a las 6 (adivinad quién se ha caído ya porque a esas horas todavía está oscuro y no vio el terraplén), para después ir al gimnasio e intentar pillar las explicaciones sobre cómo hacer pesas. Estiy intentando entrar en el equipo varsity de baloncesto para la temporada de invierno. Desayunamos y comemos en el colegio y tengo que acostumbrarme a guardar y recoger cosas de la taquilla en 4 minutos escasos, y tratar de participar en clase, enterarne de lo que los profesores dicen y conocer a mis compañeros. La verdad es que ha funcionado bastante bien y estoy (casi) al ritmo. He conocido a bastante gente (aunque no recuerde sus nombres), y en gran parte de las clases me he sentido bastante a gusto. Incluso he leído mi redacción para presentarme en clase de inglés y he tratado de explicar un ejercicio de física en la pizarra. Por supuesto también he tenido mis momentos de gloria, como cambiarle el nombre a la gente toda convencida o preguntarle a la mujer que nos ayuda a escoger las asignaturas "que dónde está la mujer que hace los horarios, para hablar con ella" (con ella misma justamente, sí, aún se queda riendo). Ahora la mayoría me concocen como "la nueva", "la alta" o "la que juega al baloncesto", pero creo que para algunos he empezado a tener incluso un nombre y espero poder llegar a hacerme apreciar algo. Por lo demás es todo muy americano, sí: y para terminar pondré algunas fotos y la lista de las 11 mejores cosas que me han sucedido hasta ahora en América. ¡Muchas gracias por leer y deseadme suerte!
Las 11 mejores momentos de los 11 primeros días
-Visitando Nueva York, los estudiantes de intercambio de CIEE tuvimos una fiesta en medio del río Hudson al anochecer. Nos pusieron música y bailamos todos juntos mientras navegábamos por delante de la Estatua de la Libertad y todo se volvía oscuro al hacerse de noche. Simplemente increíble.
-Una vez en casa vimos la película oficial de la familia sentados todos juntos en el salón. Aunque no entendí mucho los diálogos, esa tarde fui un poco más parte de ellos y me sentí muy bien.
-Mientras estábamos en la montaña pudimos ver pequeñas ardillas y cervatillos a tan solo un par de metros de la cabaña. La naturaleza es realmente hermosa aquí.



-También fuimos a sar un paseo a caballo por el monte, y el guía era un cowboy de los de verdad. Me hizo mucha ilusión, aparte hablaba español y estuvimos charlando un buen rato.
-Me hizo un montón de gracia encontrarme estas dos cosas en Red River, New Mexico. Que las fotos hablen por sí mismas.



-Ver el primer partido de football en la tele, me va a llevar tiempo, pero acabaré entendiendo el deporte. Es bastante entretenido de ver (aunque no de jugar, yo no estoy hecha para estas cosas).
-La primera misa americana. También mucho más divertido de lo que estaba acostumbrada.
-En clase tuvimos un simulacro, como los de incendios, pero estábamos practicando qué hacer si entra alguien armado en el instituto. Mi vida estaba a salvo de todos modos, porque esta zona es muy segura, pero siempre está bien la información.
-Se cayó el mito de la taquilla, aquí ni siquiera necesitamos candado porque nadie toca las cosas de los demás. Deberíamos aprender en España. (Eso sí, los dichosos artefactos están diseñados para hacerte perder tiempo. Es lo menos práctico del mundo para unas -constantes- prisas).
-Saltar en la cama elástica en el patio de atrás. A mí me hizo ilusión, ¿vale?
-Cenar en un japonés y abrir una de esas galletas de la suerte. Esto no es exactamente americano, pero está en todas las películas. Además mi mensaje fue muy muy acertado: "all things are difficult before they are easy". Probablemente ese sea el resumen más acertado de la semana y de lo que queda de año.



Haciendo el cabra en el monte




Disimulando foto a un vaquero

Historia sobre Bovina


El gimnasio del instituto