Por la mañana temprano Clara y yo cogimos el coche para llegar a tiempo de recoger a Andrea en la estación de tren. Allí nos juntamos también con Raquel, Helena, Marga y Jorge, que venían a pie. Finalmente llegó el tren de Coruña con Brais, Lorena, Miguel y Raquel y fuimos a dar un paseo, aunque no llegamos muy lejos porque el hambre apremiaba. Por supuesto, antes dejamos constancia con el palo selfie de Brais y el Iphone de Lorena.
Esperamos a que se nos uniese Diego para ir a comer. En el Burger King hicimos alarde de nuestras capacidades tratando de juntar las mesas (los 75 mejores expedientes de Galicia...) y repusimos fuerzas. Después tocó bajar la comida yendo a la estación de buses a pie a recoger a Paola y Roque, que acababan de llegar. Con ellos bajamos hasta la plaza del Obradoiro (por el camino casi perdemos a dos de los becados, a punto de ser atropellados por un autobús), sacamos un par de fotos delante de la catedral y nos sentamos a descansar a la sombra. Para un día que no llueve en Santiago... Tras la llegada de Claudia, Alex y Gonzalo, que venían desde Pontevedra, y de Krizia, por fin estábamos todos. Selfie y a seguir paseando. Lo que comenzó con la búsqueda de un Pull&Bear terminó en un parque de ejercicios para mayores, pasando por necesidades urgentes de ir al baño con sus extrañas consecuencias y alguna que otra desaparición repentina. Por desgracia se nos hizo tarde y tocó ir a las estaciones a dejar a los que tenían viaje de vuelta. Un día largo para conocar gente nueva, reírse y compartir miedos a lo que pueda pasar el año que viene, aunque priman las ganas de que llegue agosto.